martes, 28 de octubre de 2008

Recuerdos. El Verano y sus incendios

Ahora que el otoño nos cubre con su espesa y oscura niebla de noches tempranas y relojes descompasados creo que es bueno parar un instante, echar la vista atras y dedicarle a cada cosa el espacio que se merece en el recuerdo.


Este no ha sido un verano especialmente trágico en lo que a incendios forestales se refiere (aunque cada arbol que arde es en sí una tragedia, cada palmo de tierra yerma y calcinada un drama). No obstante era fácil que en Ociosport, por tener en nuestros montes nuestra vida, nos dieramos de bruces con las llamas.


Ocurrió el 13 de Julio, cuando nos disponíamos a realizar una aventura de espeleología en la cueva de Los Organos, en Mollina (Malaga). Fue a lo lejos, desde nuestro 4x4, cuando comenzamos a notar el primer síntoma, el humo.







Cavidades, lagunas, yacimientos, monte bajo... Todo un entramado natural el de la Sierra de la Camorra, donde se encuentra nuestra cueva. Nuestros monitores se estremecieron a medida que se iban acercando y comprobando la magnitud de la tragedia. La llamarada, mas cerca, era aún mas escalofriante.





No se llevó a cabo la actividad. Aunque el fuego no afecto directamente a la cavidad nuestro técnico lo desaconsejó ya que un golpe de viento podía convertirla en una trampa mortal sin posibilidad de escape. Con un dolor insoportable por la imagen nuestro equipo captó las instantaneas y, tras contactar con los clientes, comenzó su viaje de vuelta.





En Naranja Sobre Verde sabemos que a vosotros os duele tanto esta visión como a nosotros. Podríamos decir que nos lo jugamos todo. Podriamos hacer un llamamiento a la cordura (mas que a la responsabilidad). Todo eso está bien y forma parte de nuestro compromiso pero creo que no es este el momento ni el foro. Ya vendrán días de luchas contra molinos y gigantes. Ya vendran vendas de las que liberar miradas. Ociosport se compromete a ello.




Tan solo me gustaría que nos atrapasen un segundo estas escenas y sintiesemos el calor de las llamas, el olor a hierba quemada, la angustia de la nube negra que avanza, el grito de pánico de la fauna. En definitiva, transmitir que no esta tan lejos todo eso en esta tarde lluviosa de octubre y que, mas que charlas y teorías, es la emoción lo que tiene que hacernos sentir vivos y defender la vida del verano y sus incendios.