martes, 14 de abril de 2009

Espárrago lobo (Orobanche) o cómo ser parásito en el mediterraneo

A veces, a los que nos apasiona la naturaleza (y en www.reservatuaventura.com nos apasiona) nos entra una extraña fascinación por la rareza. Vamos por nuestros montes, que ya casi podriamos denominar matorral, que antes fueron feudo de gigantes como la encina o el alcornoque y que hoy es territorio practicamente en propiedad de la jara, la retama o el torvisco y nos fijamos, no en lo común, no en lo que prevalece, sino en la rareza.


El caso es que en una de nuestras aventuras nos encontramos con el siguiente personaje.





¡Claro! ¡Llama la atención! Se trata de un ejemplar del genero Orobanche, un genero de plantas parásitas vulgarmente conocidas como "esparragos lobo". No vamos a entrar en la discusion de la especie ya que solo en Andalucía hay 31 (Pujadas Salvá et al., 2005) y no es harina de este blog.


Lo que realmente hoy quiero compartir en este post sobre esta orobanchacea es su modus vivendi. Se ha convertido en un verdadero especialista en parasitismo en el monte mediterraneo -o como indico en el titulo del post un maestro en "como ser parasito en el mediterraneo"-


Carente absolutamente de clorofila, se fija a plantas normalmente fabáceas de las que extrae sus nutrientes. Gusta sobre todo del piorno y de la escoba. Es decir, prefiere aquellas leguminosas que se desarrollan sobre colinas, pastizales y bancales arenosos.


¡Qué sabe el esparrago lobo! ¡Cómo hace honor a su epiteto!






Fijemonos en sus iflorescencias en forma de espiga, que aparece normalmente entre Junio y agosto. La flor es pentámera, hermafroditas, con cuatro estambres y un pistilo, y el ovario súpero.


Se sirve principalmente de insectos, normalmente dípteros, para la polinizacion. El fruto es una cápsula unilocular cuyo gran numero de semillas dispersa el viento.


Estremece ver como las espigas una vez muertas permanecen adheridas al tallo hasta un año despues. El declive de su belleza.







¡Y que decir de sus hojas! Son carnosas, alternas y lo mas sorprendente: un vestigio. ¿Acaso son un recuerdo de un pasado en el que circulaba por ellas la clorofila? Imaginemos, pensemos, soñemos.


Pero lo mas impotante, lo que lo convierte en lobo, es sin duda su sistema raticular. Este esta milimetricamente diseñado para robar a su victima su sustento. No tenemos imagenes evidentemente. No quisimos perturbar su trabajo.


En fin. Me ha parecido apasionante este post. Espero que el amigo naranja haya sido movido a visitar www.reservatuaventura.com para asi buscar en vivo el aullido imaginario del esparrago lobo.


Desde Naranja Sobre Verde

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